La vida autosuficiente consiste en vivir de manera independiente, produciendo tu propio alimento y energía. En este estilo de vida, puedes compartir una granja de 100 acres con amigos que tengan ideas similares. En la granja, puedes criar animales como vacas, gallinas y cabras, y cultivar tus propios alimentos en huertos. Vivir fuera de la red significa no depender de servicios públicos tradicionales, generando tus propios recursos. La educación de los niños se realiza en casa, adaptando un plan de estudios a sus necesidades. Los beneficios incluyen una vida más sostenible y menos gastos, aunque también existen desafíos como la necesidad de habilidades agrícolas y el riesgo de aislamiento. No necesitas ser un experto en agricultura al principio, pero aprender sobre el tema puede ayudarte. Organizar una comunidad autosuficiente requiere colaboración y reparto de tareas y recursos.
Es una forma de vida en la que las personas producen su propio alimento y energía, viven de manera independiente y minimizan su dependencia de recursos externos.
Se divide la tierra entre amigos o familias que comparten la misma visión de vida autosuficiente.
Se pueden criar vacas, gallinas y cabras, entre otros animales.
Se cultivan a través de huertos y cultivos en la tierra disponible, utilizando técnicas agrícolas sostenibles.
Significa no depender de servicios públicos convencionales como electricidad, agua y gas, generando estos recursos de forma independiente.
A través de la educación en casa, los padres o tutores se encargan de enseñar a los niños siguiendo un plan educativo personalizado.
Incluyen la reducción de gastos, una vida más sostenible y un mayor control sobre el propio entorno.
Requiere mucho trabajo, habilidades en agricultura y gestión de recursos, y puede ser aislante.
No es necesario, pero tener conocimientos básicos puede facilitar la transición a una vida autosuficiente.
Se organiza mediante la colaboración y el reparto de responsabilidades y recursos entre sus miembros.