Para sacar el máximo provecho de un coco, primero perfora el ojo más suave para extraer el agua. Luego, rompe el coco para retirar la pulpa, que debes lavar bien antes de licuar. Licúa la pulpa y cuela la mezcla para obtener leche de coco. Deja reposar para separar la crema de coco. Cocina la crema a fuego lento para extraer el aceite. El titoté es la parte sólida que queda, perfecta para recetas como arroz con titoté. Seca la pulpa restante para hacer harina de coco. La cáscara del coco puede usarse como maceta.
Perfora el ojo más suave del coco y deja que el agua salga en un recipiente.
Se retira la pulpa y se lava bien antes de licuarla.
Licúa la pulpa lavada con agua y luego cuela la mezcla.
Se deja reposar para separar la crema de coco de la leche.
Cocina la crema de coco a fuego lento hasta que se separe el aceite.
Es la parte sólida que queda después de extraer el aceite de coco, ideal para hacer arroz con titoté.
Seca la pulpa restante en el horno o al sol y luego cuélala con un tamiz fino.
Se puede usar como maceta para plantar.
El aceite de coco se usa en cocina, cuidado personal y productos de belleza.
La leche de coco se utiliza en diversas recetas culinarias como sopas y postres.