Las pirámides de Teotihuacan podrían estar alineadas con las estrellas y volcanes cercanos. Esto sugiere una conexión entre la astronomía y la religión del pueblo antiguo. Un cuarto lleno de mica y un brasero en forma del dios del fuego se encontraron en la pirámide del Sol, lo que indica una posible interacción con los volcanes. Las alineaciones podrían seguir principios calendáricos, reflejando cómo los monumentos de Mesoamérica se orientan respecto a elementos naturales como volcanes. Esta es la hipótesis principal del texto.
Las pirámides de Teotihuacan pueden estar alineadas con la constelación de Orión y otros fenómenos astronómicos.
Se sugiere que las pirámides están distribuidas de manera ordenada en relación con tres volcanes cercanos.
La presencia de mica en la pirámide del Sol puede indicar una interacción religiosa o ceremonial con las actividades volcánicas.
Huehueteotl es el dios del fuego antiguo, representado en un brasero de piedra encontrado en la pirámide del Sol.
Las interpretaciones calendáricas podrían reflejar principios astronómicos utilizados en la distribución de los monumentos.
Muchos monumentos en Mesoamérica están orientados con respecto a colinas, montañas y volcanes.
Se propone que la distribución de los monumentos se basa en alineaciones astronómicas y volcanes cercanos.
La alineación de los monumentos con volcanes y la presencia de mica y un brasero volcánico en el sitio.
Podría reflejar la visión del pueblo antiguo del cielo en la Tierra y tener implicaciones religiosas.
Sugiere una conexión entre la actividad religiosa y las fuerzas naturales cercanas.