Mickey Barreto vivió gratis en un hotel de Nueva York durante cinco años. Pagó solo la primera noche y usó una laguna legal para exigir un contrato de alquiler. Intentó registrar el hotel a su nombre y actuó como si fuera el dueño. Fue arrestado en 2023 por fraude, pero no enfrentó juicio debido a problemas de salud mental.
Aprovechó una laguna legal que permitía exigir un contrato de alquiler de seis meses en edificios construidos antes de 1969.
Presentó una apelación en la corte local y, tras un fallo favorable por ausencia de los dueños, continuó viviendo en el hotel.
Registró el edificio a su nombre en el Departamento de Finanzas de Nueva York tras varios intentos.
Envió cartas reclamando beneficios atrasados, exigió alquiler a otros inquilinos y quiso tomar control de las cuentas bancarias.
Fue arrestado en 2023 bajo cargos de fraude y otras acusaciones relacionadas con su intento de apropiación del hotel.
Los médicos determinaron que no era mentalmente competente para enfrentar cargos criminales.
Una ley que permite a ocupantes de habitaciones en edificios construidos antes de 1969 exigir contratos de alquiler de seis meses.
La Iglesia presentó varias demandas para desalojarlo y recuperar la propiedad del hotel.
Estaba recibiendo tratamiento ambulatorio por abuso de sustancias y problemas de salud mental.
La corte estableció que sus reclamaciones de propiedad eran fraudulentas y ordenó su desalojo.