La vivienda es cada vez más cara para los jóvenes debido a problemas económicos y no a una falta de interés. Los precios han subido mucho más que los salarios. Esto ocurre porque la vivienda se ha convertido en una inversión para generar dinero, no en un hogar. La especulación hace que los precios suban sin que la gente pueda pagar. Para solucionar esto, se necesitan regulaciones y voluntad política. Ejemplos de soluciones incluyen controles de precios y más vivienda social. La pandemia mostró que incluso con menos demanda, los precios no bajaron. La gente debe exigir cambios para que todos tengan acceso a una vivienda.
No es por falta de interés, sino por problemas estructurales de acceso y precios altos.
Han subido 42% en términos reales, superando la inflación.
Es el proceso por el cual la vivienda se trata como un activo financiero en lugar de un bien para vivir.
Debido a la especulación y la financiarización, que priorizan los rendimientos de los inversionistas.
Hace que los precios suban de forma desproporcionada, afectando tanto a la venta como al alquiler.
Regulaciones de precios, impuestos a viviendas vacías y aumento de la oferta de vivienda social.
Controles de precios en ciudades como Washington y políticas de expropiación en Berlín.
La disminución de los salarios reales ha reducido el poder adquisitivo, dificultando la compra de viviendas.
Aunque la demanda bajó, la especulación mantuvo los precios altos, dejando muchas viviendas vacías.
Es crucial para implementar estrategias que protejan el derecho a la vivienda y combatan la especulación.