Los caballos tienen tendones largos y elásticos que actúan como resortes, almacenando energía con cada pisada y liberándola para avanzar. Esto les permite correr largas distancias sin cansarse. Además, tienen un sistema llamado 'aparato de permanencia' que bloquea sus articulaciones, permitiéndoles dormir de pie sin usar músculos. Así, son eficientes tanto al moverse como al descansar.
Los tendones del caballo son largos y elásticos, estirándose cada vez que la pezuña toca el suelo, almacenando energía para liberarla en el siguiente impulso, catapultando al caballo hacia adelante.
Es una red interna de tendones y ligamentos que bloquea las articulaciones de las piernas del caballo, permitiéndole descansar de pie sin esfuerzo muscular.
Gracias a sus tendones que funcionan como un sistema de reciclaje de energía, permitiendo un movimiento eficiente.
El 'aparato de permanencia' bloquea sus articulaciones, convirtiendo su esqueleto en un trípode estable que no requiere esfuerzo muscular.
Su capacidad para maximizar la eficiencia energética en movimiento y descanso lo convierte en un atleta de élite.
Ambos son igualmente sorprendentes por su papel en la eficiencia del caballo.
Los tendones almacenan energía al estirarse con el impacto y la liberan en el siguiente paso.
El diseño del esqueleto, junto con el 'aparato de permanencia', le permite descansar sin usar músculos.
La combinación de tendones elásticos y un sistema esquelético eficiente para correr y descansar.
Es impresionante cómo la naturaleza ha diseñado al caballo para ser un corredor eficiente y un maestro en el ahorro de energía.


